Un joven que creció en las calles del viejo Seúl... Escapó de un orfanato para no tener que vivir como una rata más y descubrió ese don que le hacía especial. Yoo Dink Suh... extractos de nombres que el pequeño niño fue recolectando a medida que crecía. Siempre fue un niño sin nombre... Aunque tampoco lo necesitaba.
Fue al cumplir trece años, cuando sus poderes, descontrolados por completo, no pudieron ser retenidos más y casi quema un mercado entero. Asustado y sintiendose completamente culpable Yoo Dink Suh estuvo a punto de entregarse a la guardia del rey. Pero por suerte fue encontrado por otra guardia muy distinta. Los miembros de Yeolin Ma-eum no solo se entrenaban en la magia, sino también en la lucha con la misma. Llevaban un tiempo tras la pista del chico, por seguridad para el pueblo y por el mismo Yoo Dink Suh.
Rápidamente se hizo un hueco entre los mejores alumnos. Siendo jefe de partidas y ataques y ascendiendo poco a poco ante los ojos de los superiores que le veian como el mejor y más probable futuro director. A la temprana edad de 25 años ya tenía el cargo de subdirector y dos años despues, con la muerte del director, fue él quien ascendió al puesto.
Convirtiendose en un director afable y cercano a los alumnos, el joven Yoo Dink Suh empezó a compaginar la organización del colegio y viajes de investigación por el mundo. Cambió su nombre a Jud, pues así le llamaban fuera del reino asiático. En uno de estos viajes fue atacado por un vampiro y sufrió una transformación.
Para su sorpresa, a nadie en el colegio de Yeollin Ma-eum le importó ese factor por lo que continuó ejerciendo su labor años y años despues.